Los reportes de Morgan Stanley y Goldman Sachs anticipan una fuerte recuperación de China y complicaciones en la oferta que presionarían sobre los precios.

El sendero de baja en los precios del petróleo que se observa desde el pico de tensión por la guerra de Ucrania pegaría un vuelco en 2023 para superar nuevamente la barrera de los 100 dólares por barril.
Según un informe de Morgan Stanley, a mediados del próximo año el barril podría cotizar en 110 dólares a partir de una fuerte recuperación de la demanda china y una serie de complicaciones en los principales oferentes de este commodity.
Goldman Sachs proyectó un escenario similar con un repunte del 43% de los precios del commodity index que se sustenta en el fin de las restricciones por parte de Beijing, que durante los últimos meses había aplicado medidas muy severas para evitar contagios de Covid que paralizaron su aparato industrial.
A su vez, el menor suministro ruso, el panorama de desinversión que se observa en muchas compañías petroleras y la necesaria recomposición de stocks en Estados Unidos tras su política de utilización de reservas estratégicas empujarán aún más los valores al alza.
En ese marco, desde el gobierno argentino buscan cerrar las compras de gasoil y GNL cuanto antes, para evadir un mayor déficit de la balanza comercial energética. “La guerra en Ucrania nos costó 5.200 millones de dólares”, dijo el ministro Sergio Massa este jueves en su exposición en el Seminario Propymes para describir un panorama que podría repetirse.
Como contrapartida, la licitación de los precios y volúmenes del Plan Gas 5 arrojó resultados mejores a los esperados, especialmente a partir de 2024 cuando estaría finalizado el segundo tramo del gasoducto Néstor Kirchner.
La extensión del Plan Gas 4 completó el 98% del volumen a sólo un centavo de dólar más caro, es decir, 3,54 dólares el millón de BTU. En tanto, el excedente en capacidad de transporte que traerá el primer tramo del gasoducto fue fácilmente completado a un precio de 3,41 dólares.
Ya para los volúmenes exclusivos de invierno, donde se permitían precios hasta casi 9 dólares por las complicaciones que implica cerrar los pozos el resto del año, se consiguieron precios de 5,5 dólares para 2024 y 4,68 dólares para 2025.
Se trata de valores muy inferiores a la importación de gasoil y GNL que le permitirán al Estado ahorrar millones de dólares en compras externas y reducir drásticamente los subsidios tarifarios tanto en gas como electricidad.